Los puntos negros de la economía española

España es un país muy endeudado, que necesita ganar credibilidad ante los acreedores que nos financian. Por tanto la política fiscal debería hacerse más estricta. Por desgracia no parece que vaya a ser así y la prima de riesgo que ahora está bajando, podría empezar a subir. 

El endeudamiento que tiene España en este momento, está por encima del 100% del PIB. 

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Debido al alto grado de descentralización territorial, los presupuestos generales del Estado representan menos del 50 % del total del gasto, por eso para controlar esto, hay que poner en marcha instrumentos que obliguen a las CCAA a que cumplan con los compromisos de estabilidad fiscal. 
( algunas comunidades incluso están reclamando más dinero, lo que supondría alcanzar un déficit del 0,7% del PIB en lugar del 0,3% previsto). Precisamente las CCAA deberían admitir la reforma en las Administraciones Públicas para que sean más eficientes y tengan menor coste ( reducir el abuso del gasto sanitario, disminuir el nº de municipios, incentivar a los empleados públicos para así aumentar su productividad), reducir desgravaciones y subvenciones injustificadas conduciría a reducir el déficit público por debajo del 3% del PIB y como consecuencia también la deuda y los intereses de pagarla.

El ser capaces de disminuir el déficit se pone todavía más difícil dentro del contexto internacional que nos encontramos con las negociaciones del Brexit, la presidencia de Trump y los movimientos populistas en Francia y Alemania, amenazando  las exportaciones, y así ralentizando nuestra economía. 
Si el crecimiento de nuestra economía sigue amenazante en los próximos años, se dará un aumento en el nº de parados, lo que generará una disminución del nº de contribuyentes y un incremento del déficit, de la deuda pública y del malestar de la población. 

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El que España sea uno de los países más envejecidos del mundo dentro de 50 años con una esperanza de vida de 85 años, junto con la drástica caída en la tasa de natalidad ( una de las más bajas de Europa con un 1'33 hijos por mujer) hará que mantener el sistema de pensiones y de salud pública sea difícil e incluso imposible. 

Según el INE en 2066 por cada persona en edad de trabajar , habrá otra que no lo hará ( bien por ser menor de 16 años o por ser mayor de 65 ).

Ante el desastre que se nos avecina ( ya avisado por muchos economistas) España ya debería implantar una serie de políticas para facilitar la viabilidad financiera de las pensiones como: prolongar más la edad de jubilarse, eliminar la jubilación temprana, ser compatible cobrar pensión con seguir trabajando, y por tanto cotizando, incentivar el nº de nacimientos etc.

Un menor nº de trabajadores va a tener que mantener a un gran nº de jubilados, éstos trabajadores tendrán que pagar cada vez más para seguir prestando los servicios sociales a los mayores: jubilación y gastos médicos. 

Este gran problema, dónde se unen aspectos demográficos, económicos y sociales no tiene una solución fácil, de ahí que los gobiernos sigan estudiando la forma menos cruenta de implantarla en la sociedad. 

Marta Incógnito Urzainqui 

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